¡TODO, TODO, TODO, TODO! ¡Lo repetiría todo mil veces más!. Los nervios, las preocupaciones, el trabajo interminable, las horas de sueño robadas,...todo ha merecido la pena! Ayer me sentí inmensamente FELIZ. Sí, porque no hay otra palabra que mejor lo defina. Creo que todo el mundo tendría que tener derecho a disfrutar de unas horas tan dulces al menos una vez en la vida. Ahora sí que entiendo la frase “esto no es posible sin vosotros”. Es cierto. Es una sensación maravillosa que a cada giro de cabeza te encuentres arropada por una cara amiga.
No se me ha borrado la sonrisa desde ayer y eso es gracias a:
Mis padres, a mi hermana Cecilia, a su amigo José Carlos, a Javi, a Eva, a Elisa, Óscar y Cecilia, a Yago & Cía., a Vicky y Alan, a Ana, a César, a Dani, a Myriam, a Paloma, a Mercedes, a Lola, a Fátima, a Ruth, a María, a los profesores que vinieron, a todos los compañeros de la escuela que se acercaron, a todo el mundo que se acudió ese día y a todos los que no pudieron venir y querían y en especial a Luis, mi compañero en este viaje. Mil gracias a todos...y hasta la próxima.